Desesperanza
Estaba tendiendo la ropa que acababa de lavar, a mi izquierda se encontraba mi gatita moteada, estaba sentada en una de las sillas de jardín, apenas si notaba mi existencia. Estaba rascándose vigorosamente con su patita trasera. La observé por largo rato, que suerte tenía, estaba ahí, no le importaba el después, no pensaba en que esa noche un carro podría pasar sobre su débil cuerpecito, no reparaba en que posiblemente mañana no le darían comida, simplemente se preocupaba por lo que le acontecía en ese instante. No se preocupaba por el día de su muerte, por lo que pasaría después, no le interesaba si sería recordada o no, de hecho no creo que tenga noción alguna de lo que esas palabras significan.
La miré con rabia, que envidia le tuve en ese momento, no era justo, ella no tenía preocupación relevante alguna, no tenía conocimiento de su existencia, no meditaba sobre el día de su muerte. Sentí odio por ese animal, quise tomarlo de su pequeño cuello y apretar hasta que dejase de respirar, ¿Pero que ganaría yo con eso? No por matar a un animal indefenso yo sería mejor o mi miedo desaparecería. ¿Y porque acabar con la vida de un pobre ser cuyo único crimen hubiese sido estar en el lugar y a la hora equivocados?
Me quedé inmóvil y de repente comprendí, le estaba teniendo envidia a un gato, a un gato por todos los cielos. Pero que comedia, si, que comedia es toda esta vida en la que a nuestro agrado o pesar tenemos que ser partícipes, una farsa si sentido en la que cada persona participa sólo unos instantes para que después su papel sea olvidado por la eternidad del tiempo.
Pero aún así quiero participar, no quiero morir sin haber hecho nada, y aquí es cuando me entra otro temor, ¿Realmente la gente hace algo? Cuando un emperador conquista muchas ciudades y crea un gran imperio, pero luego este es reducido a su estado inicial por otro mas fuerte, ¿Acaso ese emperador hizo algo? ¿No todo terminó exactamente como empezó? Entonces es prácticamente seguro que todo lo que haga al final sea destruido y será como si yo jamás hubiese existido, es tan triste…
Que tontería preocuparse por eso, ya cuando muera todo habrá terminado, ya no tendré conciencia, nada me importará, más sin embargo no puedo evitar pensar, reflexionar en eso. Pues ya ven, cada quien tiene sus propios temores.
La miré con rabia, que envidia le tuve en ese momento, no era justo, ella no tenía preocupación relevante alguna, no tenía conocimiento de su existencia, no meditaba sobre el día de su muerte. Sentí odio por ese animal, quise tomarlo de su pequeño cuello y apretar hasta que dejase de respirar, ¿Pero que ganaría yo con eso? No por matar a un animal indefenso yo sería mejor o mi miedo desaparecería. ¿Y porque acabar con la vida de un pobre ser cuyo único crimen hubiese sido estar en el lugar y a la hora equivocados?
Me quedé inmóvil y de repente comprendí, le estaba teniendo envidia a un gato, a un gato por todos los cielos. Pero que comedia, si, que comedia es toda esta vida en la que a nuestro agrado o pesar tenemos que ser partícipes, una farsa si sentido en la que cada persona participa sólo unos instantes para que después su papel sea olvidado por la eternidad del tiempo.
Pero aún así quiero participar, no quiero morir sin haber hecho nada, y aquí es cuando me entra otro temor, ¿Realmente la gente hace algo? Cuando un emperador conquista muchas ciudades y crea un gran imperio, pero luego este es reducido a su estado inicial por otro mas fuerte, ¿Acaso ese emperador hizo algo? ¿No todo terminó exactamente como empezó? Entonces es prácticamente seguro que todo lo que haga al final sea destruido y será como si yo jamás hubiese existido, es tan triste…
Que tontería preocuparse por eso, ya cuando muera todo habrá terminado, ya no tendré conciencia, nada me importará, más sin embargo no puedo evitar pensar, reflexionar en eso. Pues ya ven, cada quien tiene sus propios temores.
Etiquetas: Bah
1 Comments:
hey hey!!
pues no pienses que es un tontería pensar en ello... es inevitable...
y si... también envidio a tu gatito! =(
pero pues... parece que no se puede remediar el pensar en nuestro origen y nuestro final...
beso
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