1991 - 2000
Esto es una tarea de psicología, pero de igual forma se me puede conocer un poco mejor así, les dejo la patética historia de mi vida desde los 2 a los diez años:
Cuando tenía dos años mis padres ya habían terminado su maestría y fueron por mi a Querétaro, nos mudamos a Texcoco donde sólo pasamos un año, año durante el cual no pasó absolutamente nada que valga la pena contar.
Después mi papá consiguió empleo en la UdeG y pues nos mudamos a Guadalajara a un pequeño departamento cerca de Plaza Arboledas. Por ese entonces conocí a todos mis primos, aunque realmente no me interesaba en lo absoluto, o más bien no me daba cuenta. Ya para ese entonces le había perdido el miedo a mi papá y realmente no hay muchos recuerdos de ahí, más que la confirmación a mis tres años, hasta los cuatro años cuando ocurrió un evento que trastornaría mi existencia por completo.
Tenía yo cuatro años y dos meses cuando pasó lo peor que le puede pasar a una niña mimada, la venida de un nuevo hermano. Aún permanece fresco en mi memoria la noche que mi mamá permaneció en el hospital, esa fue la primera vez que dormí en la casa de mi abuelita, estaba sumamente deprimida a pesar de no saber que pasaba. Al día siguiente que vi a mi madre en el hospital corrí a abrazarla y unos enfermeros me regañaron XD De ahí sólo recuerdo la gran herida de mi madre por la cesárea y los recuerdos se vuelven nublosos.
Recuerdo que cada que había vacaciones iba a la casa de mi tía Lulu y mi abuelita, oh si, otro evento que no me afecto por la ausencia de conocimiento de lo que se trataba, la muerte de mi abuelita materna. Sólo recuerdo el panteón, mi mamá llorando y yo lanzando una roza roja a la caja.
Pero habrá que hablar un poco de mis años de kinder, primeramente, mi papá pasaba hasta las tres por mi, por lo que me quedaba en casa de una de sus amigas que vivía a un lado de la pequeña escuela, que viéndola ahorita se me figura una casita para solteros. Recuerdo a la directora, una señora regordeta que sólo se interesaba por el dinero.
El primer año no recuerdo la verdad nada de lo que pasó, pero me acuerdo perfectamente bien de Jeannette, una amiga rubia y muy bonita en verdad. Y claro, como olvidar a Leticia si mi padre hasta la fecha me la recuerda, la niña que se la pasaba molestándome. Bah, no puedo creer que de veras me afectara lo que me decía. En fin, en la escuela era ciertamente callada y cada vez que mis compañeros me preguntaban eso tenía la suerte que el perrito de la señora con la que me quedaba pasaba para cambiar súbitamente de tema. También era tremendamente distraída, y un ejemplo de ello son los eventos deportivos que se hacían, ya que cuando participaba en una carrera sonaban el silbato y yo como a la media hora comenzaba a correr, no se en que estaría pensando.
Fue en segundo de kinder cuando descubrí mi gusto por los vestidos largos y esponjados que hasta la fecha sigue, ya que en un evento me tocó vestirme de española, la verdad ahora viendo las fotos, no se que tenía el vestido de español, pero estaba bonito, y desde entonces traté sólo de usar ese tipo de ropa.
Un poco de cómo era con la señora que me cuidaba, ella tenía una hija como 10 años mayor que yo y era con ella con la que pasaba el tiempo. No se, ella era bastante aniñada, pues se divertía con una chiquilla de 4 años. Pero en fin, por lo general no había casi nada ahí a falta de actividades por hacer.
Cuando entré a primaria de primaria la verdad no recuerdo nada, es como si mi mente hubiese suprimido ese recuerdo. Sólo puedo recordar vagamente que me juntaba con unos niños que se llaman: Melina, Armando, Ariadna, Pedro, Alejandra y Astrid, y sólo los recuerdo porque después me los volví a encontrar en la secundaria.
De ese año lo único que puedo contar es una pequeña anécdota que me quedó bien gravada y que nos la contaron en música, la maestra era bastante linda y paciente, no aprendí nada de música en su clase, pero algunas veces era divertida su clase, en fin, resumiendo, la historia era de una señora tenía una gallina a la que quería mucho, u día dejó sin querer su pozo abierto y luego se encontró a la gallina flotando y toda gorda por tragar tanta agua, no recuerdo la razón de que nos contara eso.
También en primer año recuerdo que “El compa” (A la fecha no se su nombre) tenía un camión de la escuela y mis papas al no poder pasar por mi pues pagaban el transporte, ahí conocí a Alejandra que iba un año más delante de mi. Durante toda la vida la he recordado como Alejandra la mentirosa, ya que siempre se jactaba de tener cosas que no poseía. También recuerdo que gracias a otro amigo al cual no recuerdo tuve mi primera mascota, un pequeño pollito que me regaló, y claro, al siguiente día ya estaba muerto porque mi hermano lo hundió en una cubeta con agua, a la fecha no se lo he perdonado y se lo recuerdo cada vez que puedo.
El segundo año no tuvo mucha importancia. Sólo recuerdo que una compañera me prestó diez pesos y nunca se los pagué. Pensé en hacerlo ya estando en secundaria, pero creo que ella no se acordaría de eso. Bueno, ese año fue muy tranquilo. El problema vino al siguiente, ya que a mis padres se les ocurrió la “brillante” idea de cambiarme de escuela, gran error, de nada sirvieron mis suplicas.
Ese primer día, esa primera hora de tercero de primaria nunca se borrara de mi memoria, recuerdo que tan sólo al llegar a la escuela me sentí fatal, creo que fue la primera vez que sentí lo que era la miseria, y la sentiría muy seguido desde ese momento. Las maestras me llevaron a la fila, tomamos distancia y nos fuimos al salón. Jamás podré olvidar los nombres de Sara y Faride, las niñas más horribles que he conocido en toda mi existencia, hipócritas y aprovechadas por naturaleza, tampoco podré perdonarme a mi misma mi estúpida inocencia de creerles una y otra vez.
El primer año en esa escuela me junté con ellas y su grupo, aunque claro, me ignoraban cada vez que podían, hacían que les prestara dinero aunque nunca me lo pagaran, una vez que ella se pelearon querían hacerme escoger de quien sería amiga. La situación se volvió tan insoportable que pasaba largo rato sola sentada bajo el sol, era mejor que estar con ellas. Se me hace demasiado doloroso la verdad escribir todo lo que me hacían y decían, prefiero dejarlo así.
En cuarto creo que fue cuando me pusieron braquets, esa semana bajé como dos kilos, no podía comer nada, me dolían demasiado los dientes. ¿Quién iba a decir que tendría que cargar con ellos hasta tercero de secundaria? Pero en fin, si antes era reservada, ese año pasé a ser prácticamente una tumba, en momentos me alejaba de toda la sociedad y todo el mundo y pasaba todos los recesos siempre sola, ah claro, pero la estupidez nunca faltante aparecía y regresaba a hablar con Sara y Faride. Realmente no puedo decir exactamente lo que pasó, ya que en mi mente sólo aparece el tiempo un momento antes de algún evento, hay una laguna mental y ya sólo recuerdo lo que pasaba después, seguro suprimí sin querer todo eso, más sin embargo me sigue afectando. Me acuerdo que un día Sara me estaba diciendo algo en deportes que no lo pude soportar y la agarré del cabello tirando lo más fuerte que podía, hasta que nos separaron.
También recuerdo como cuando estaba a solas con Faride ella criticaba horrores a Sara y viceversa, así que me tenían mil de confundida. Y aparte por esa época fue cuando me gustó por primera vez un niño, su nombre era Iván, no puedo recordar bien sus rasgos, pero puedo recordad que tenía piel clara, era unos tres centímetros más alto que yo y le gustaban los tazos de Pokemon XD. Pero en fin, eso sólo duro unos cuantos meses y después lo olvidé por completo.
Un pequeño evento que sucedió en quinto y que tal vez no sea importante, pero se podría decir que fue mi primera pequeña venganza. Un día que estaba harta de que estuvieran fastidiando todo el tiempo me quedé en el recreo en el salón y tomé el libro de español de una compañera, fui hasta el baño de mujeres y lo escondí. Nunca nadie lo hubiese encontrado si no fuera porque confié estúpidamente en Sara, a ella le confesé mi pequeña fechoría, Un día que le dio por odiarme fue, sacó el libro y frente a todos me lo mostró, me quedé paralizada, no podía hablar bien, no podía creerlo. Fue ahí cuando definitivamente perdí la confianza en todos y suplique de rodillas y llorando a mis padres que me cambiaran de escuela, cosa que logré. Pero a pesar de todo, aún las sigo odiando, aún lloro al recordar aquellos terribles días, pero mejor ya no hablar de eso.
Y creo que hasta aquí fueron mis diez años, esos últimos tres años, los decisivos para la forma en que me comporto con respecto a la sociedad, lastima que a pesar del cambio de escuela los disgustos hayan seguido, aunque ya en mucho menor grado.
Aunque no he hablado más que de la escuela, bueno, fuera de eso no hay mucho que contar, fue mi primera comunión que para mi fue un evento sin importancia alguna, y del cual sólo conservo el recuerdo de la fiesta en la que hicimos una obra mis primas y yo utilizando ropa sucia y tirando la por todo el piso. Luego por ese entonces me llevaba muy bien con mis primas, pero tomamos caminos muy distintos, a pesar de ser solo 11 meses mayores ya están casadas y una tiene un hijo.
Pero BAH! BAH! BAH!!! ¿Por qué rayos dejo que esto me afecte aún? Soy una imbesil, esto ya no debería de significar nada, pero más sin embargo, es tan difícil para mí olvidar.
Etiquetas: Écrits
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